miércoles, 7 de enero de 2015

" LUIS BUÑUEL"

Luis Buñuel Portolés (Calanda, Teruel, Aragón, España; 22 de febrero de 1900 - Ciudad de México, México; 29 de julio de 1983) fue un director de cine español, nacionalizado mexicano.[1]
A pesar de los hitos cinematográficos logrados en su país natal con películas como Viridiana (1961) o Un perro andaluz (1929), la gran mayoría de su obra fue realizada o coproducida en México y Francia, debido a un exilio forzoso por la dictadura franquista.
Es considerado uno de los más importantes y originales directores de la historia del cine.
Luis Buñuel nació en Calanda el 22 de febrero de 1900. Su padre, Leonardo Buñuel González, originario del mismo pueblo, donde tenía un negocio de ferretería y armas, había conseguido una pequeña fortuna en Cuba y en 1898, al estallar la guerra hispano-estadounidense, liquidó sus negocios y volvió a su pueblo natal, donde se casó el 10 de abril de 1899 con María Portolés Cerezuela, de diecisiete años, veintiocho más joven que él,[3] con la que tuvo siete hijos: Luis (1900), María (1901), Alicia (1902), Concepción (1904), Leonardo (1907), Margarita (1912) y Alfonso (1915). De todos estos destacaron Leonardo, que fue médico, pediatra y radiólogo, y Alfonso, un arquitecto y diseñador gay con inquietudes artísticas que destacó como autor de collages surrealistas.
A los tres años del nacimiento de su primogénito, la familia se trasladó a vivir a Zaragoza y a partir de entonces pasó a repartir sus vacaciones entre Calanda (donde regresaban en Semana Santa y a veranear) y en ocasiones a San Sebastián.[4]


Calanda (Teruel), villa natal del cineasta.

Así pues, Luis pasó toda su infancia y adolescencia en Zaragoza, donde cursó la educación primaria y secundaria, primero en Corazonistas (con mayoría de franceses) y en 1908, durante siete años, en el colegio jesuita de El Salvador, al comienzo del paseo de la Constitución, donde hoy se encuentra la sede principal de Ibercaja, cerca de la plaza de Aragón; como alumno a media pensión, no vestía el uniforme completo de los internos, sino solamente la gorra con un galón. Sus notas eran generalmente excelentes.
Lo que se sabe sobre las primeras películas que vio procede de las declaraciones del propio Buñuel, y son imprecisas y contradictorias. En 1975 dijo a Pérez Turrent y José de la Colina que había visto de niño «cine parlante y en colores, en la sala Coine [sic], de Zaragoza», aludiendo al cinema parlante que Ignacio Coyne Lapetra regentó entre 1905 y 1909; recordaba una película donde «se veía un cerdo, con faja de comisario de policía y sombrero de copa, cantando una canción. Era un dibujo animado con colores muy malos que salían de las figuras, y el sonido venía de un gramófono», pero también a los mismos autores les comunicó que en la primera película que vio había un asesinato cruento.[6] Por otro lado, en sus memorias, tituladas Mi último suspiro, afirmaba que en 1908 asistió por primera vez al cine Farrucini [sic], que remite a la barraca de feria Nuevo Metensmograf Cinematógrafo Farrusini del feriante barcelonés Enric Farrús, quien se estableció en Zaragoza en 1908 al calor de la Exposición Hispano-Francesa de ese año que conmemoraba el centenario de los Sitios de Zaragoza. Recordaba, asimismo, haber visto en esa época muchas películas cómicas de André Deed, que en España era conocido como Toribio, y el Viaje a la luna de Georges Méliès.[7]
En Calanda daba funciones con un teatrillo de personajes de cartón que sus padres habían comprado en París y espectáculos de sombras chinescas con una linterna mágica. Acudía regularmente al teatro y a la ópera, pues los Buñuel tenían, como familia acomodada que era, palco en abono en el Principal, uno de los cuatro que entonces había en la capital aragonesa. Su niñera le llevaba también al teatro Circo que ofrecía comedias, dramas de detectives, melodramas, farsas, sainetes y zarzuelas; posiblemente allí contemplaría una opereta basada en Los hijos del capitán Grant, que Buñuel tenía como uno de sus mejores recuerdos, por la espectacularidad de su escenografía. Ya de adolescente, en 1915, asiste en el teatro Principal a numerosas funciones de teatro y ópera La vida es sueño, El alcalde de Zalamea, Don Álvaro o la fuerza del sino, La Favorita, Lucía de Lammermoor, el Fausto de Gounod, Rigoletto, El barbero de Sevilla, Carmen...[8]
Desde los diez o doce años comenzó a tocar el violín y a estudiarlo desde los trece. Al año siguiente salió por primera vez de Aragón y viajó a Vega de Pas (Cantabria) y San Sebastián, donde veranearía a menudo. En 1915 fue expulsado por los jesuitas del colegio y se matriculó en el Instituto de Enseñanza Media de Zaragoza (más tarde llamado «Goya») como alumno libre. En esa época leyó El origen de las especies, de Darwin, además de libros de la nutrida biblioteca de su padre Leonardo, como el Jean-Christophe de Romain Rolland, obras de los librepensadores franceses Rousseau, Diderot o Voltaire y clásicos españoles como Quevedo o Benito Pérez Galdós, además de novelas de detectives (Nick Carter, Dick Turpin) y una novela que le dejará huella: Robinson Crusoe.

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